Os voy a decir una gran verdad...! Estoy estudiando como una loca desde hace semanas, con un montón de exámenes que no parecen llegar a su fin, y en mi mente solo hay dos palabras CHOCOLATE CALIENTE! Sin saber porque me acuerdo de esos días en los que disfrutaba alegremente mis ocho años, y con total tranquilidad, iba cada verano al pueblo de mi abuela paterna, Santander. Un día, lluvioso, en la casa de una tía mía observaba como las gotitas desaparecían al llegar al suelo, y de repente una mano rozo mi espalda, y al girarme ahí tenia a mi madre con una taza de chocolate para mí, y con unos xurros esperándome a la mesa! Que recuerdos aquellos! Pero mi infancia ya paso, y ahora me toca estudiar, pero aún atesoro esos días, y, en mi actual adolescencia, con mis casi 17 años, sustituyo mi chocolate caliente por un buen café. ^.^
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