Cuando eres un
niño quieres ser mayor, pero cuando ya eres un adulto, ya es imposible volver
atrás, a tu infancia, y te das cuenta que esta vida no es la que soñabas, no
has cumplido con las expectativas de esa niña con ojos brillantes que quería
llegar tan lejos, y solo le puedes decir… lo siento, siento no haber sido quien
querías, ¿me perdonas?, lo he intentado, te juro que lo he hecho, las cosas no
han sido como imaginabas pero… aun así, puedo continuar con la cabeza bien
alta, aunque ahora mismo todo sea un huracán de sentimientos contradictorios, y
por el momento no tiene intención de desaparecer. Mi pequeña, con el paso de
los años he aprendido que, en muchas ocasiones, el tiempo es demasiado necesario
para poder resolver nuestros problemas, la paciencia, el saber esperar y
observar.
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